ETOLOGÍA
Son muchos y variados los agentes que originan las quemaduras. Un claro ejemplo es el calor, ya sea por llama expuesta o por líquidos calientes, es la causa más común entre profesionales (por lo general cuando alcanzan temperaturas entre 15 o 45ºC e incluso superiores). Sin embargo, en la población general, día con día toma más relevancia las quemaduras a causa de radiaciones: solares (por la luz ultravioleta o infrarroja) debido a una exposición excesiva al sol. Otros agentes pueden ser las sustancias cáusticas o ácidos, que son realmente peligrosos ya que no presentan signos claros en los primeros días donde se produce una propagación lenta de la necrosis.
Y, por último, pero no menos importante tenemos a la electricidad, cuyas lesiones son superiores a los 5000ºC, y estas suelen provocar lesiones significativas, pero con poco daño en la piel, dado que la mayor resistencia a la corriente eléctrica se centra en el punto de contacto cutáneo con el conductor.
Las quemaduras producidas por electricidad por lo general afectan la piel y tejidos subcutáneos y estos pueden ser de cualquier tamaño y profundidad.
La necrosis (muerte de las células y los tejidos de una zona determinada de un organismo vivo) y la escara progresiva por lo general son de mayor gravedad de lo que parece la lesión inicial y esto se da con respecto a la profundidad de la misma.
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